El panoptismo más allá de las prisiones

Autor/a: Dr. Óscar Pedrós Fernández

Escuela Infantil de Mesoiro (2008). Maqueta inicial, Óscar Pedrós

“El Panopticon no debe ser entendido como el edificio de los sueños, sino como el diagrama de un mecanismo de poder reducido a su forma ideal”

Disciplina y castigo Michel Foucault, 1977
Fig. 1
Panóptico. Le Panoptique. Jeremy Bentham, 1780 (1791).

El panoptismo como término que agrupa las estrategias de vigilancia, poder y control, se formalizó en la figura del Panóptico, una configuración espacial ideada por el filósofo Jeremy Bentham a partir de los planos de las fábricas de finales del s. XVIII. El Panopticon -descrito por Bentham en Le Panoptique (1780)– extrapolaba la filosofía del control de los empleados de la industria a los centros penitenciarios, estableciendo una especie de omnisciencia invisible sobre la población diana y convirtiéndose así en el modelo más extendido dentro de las arquitecturas del control (Fig. 01).

Este tipo de configuraciones, basadas exclusivamente en el utilitarismo, sitúan la génesis del proyecto arquitectónico en la planta (por otro lado, la proyección más ajena a la experiencia espacial en términos de simbolismo y recuerdo). El resultado formal transgrede la concepción tradicional cartesiana del espacio (coordenadas X e Y), para tener que ser comprendido (y replanteado en obra) a través de coordenadas polares. Por eso el espacio interior de estas arquitecturas no se puede condensar en una fotografía, ni siquiera panorámica. La experiencia de este tipo de espacios continuos requiere nuestra presencia física. Frente a algunas arquitecturas circulares, como la Casa en O Grove (Fernando Blanco, 1991), donde la dialéctica se afana en escapar de la autoridad que impone su centro (como soñaban los reos), el panoptismo obliga. Como en las arquitecturas pasivas contemporáneas planteadas desde el helios, hemicíclicas, donde se procura que el sol barra la mayor superficie posible de su piel.

Fig. 2
Escuela Infantil de Mesoiro (2008). Planta inicial.
Fig. 3
Escuela Infantil de Mesoiro (2008). Maqueta inicial.

Entendiendo el Proyecto Fin de Carrera como último ejercicio académico y casi primera experiencia profesional, y dado que uno de los temas propuestos por la Coordinación PFC se trataba de una Escuela Infantil, me ha parecido interesante rescatar una serie de aspectos de mi casi primera experiencia profesional, que relaciona los aspectos de panoptismo y guardería. Y digo casi, dado que mi contribución llegó hasta la entrega del Proyecto de Ejecución. Un sentimiento parecido al nuestro como alumnos de la Escuela de Arquitectura, el primer día que ya no lo somos. Cuando salimos a la calle, cargados de sueños e ideas, que se topan con una realidad, aplastante por veces.

La Escuela Infantil de Mesoiro ofrecía la ocasión de ensayar,… de trasladar a esa realidad el concepto de Panopticon. Desprovista de sus connotaciones penitenciarias, la estructura radial -con un centro desplazado por cuestiones programáticas (tamaño de las aulas en función de la edad de sus pequeños habitantes y de su capacidad motora)- aparecía la posibilidad de transformar esa omnisciencia invisible en inconsciencia (Figs. 02 y 03). Un planteamiento ya de por sí ensimismado, ideal para un no lugar como aquél, fruto de la España de hace poco y que bullía por aquél entonces con motivo del realojamiento de familias gitanas con motivo de las expropiaciones de para la construcción de la Tercera Ronda.

Fig. 4
Escuela Infantil de Mesoiro (2008). Estructura de vigas-pared en fase de ejecución.
Fig. 5
Escuela Infantil de Mesoiro (2008).Maqueta elaborada por el personal de la guardería “La Caracola” para su inauguración.

A la coherencia de un edificio desarrollado -lógicamente- en un único nivel, se le añadía la posibilidad de que los pequeños usuarios pudiesen campar a sus anchas, desconocedores de ese control, incluso desde conserjería. La posición relativa del centro -desplazado- abría el verdadero centro geométrico de la pieza a los espacios comunes interior y exterior (patio). Finalmente, la condición estructural cerraría el aspecto formal de un concepto que ya de por sí resulta extremadamente potente (Fig. 04) y que, además, le permite seguir creciendo alrededor de su propio centro. Un formalismo que resulta más violento cuanto más se aproxima los bloques de viviendas de Novo Mesoiro, y que el imaginario popular del barrio convirtió en nombre propio (Fig. 05).

...
El principio de todo:
círculo.
El origen del círculo, su centro,
espacio cero.
En la génesis, más que punto y
círculo, no existen.
...
El punto, espacio cero. La nada.
Por contraste, el círculo
con dimensión.
Si me alcanza la nada,
dejo de existir.
Si me llega el centro de mi círculo,
soy todo presente.

“El caos organizado” Pensamientos de un eremita Man

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